El viernes, aprovechando el solecito, hicimos un taller de agua. Nos dividimos en dos grupos y, por parejas, nos colocamos en una mesa que tenía una bandeja con hielos, una con agua templada y otra con agua y espuma, así como cacharritos para trasvasar, investigar, colar, etc. El otro grupo, mientras, estaba jugando y contando cuentos con Tere.
Cada vez tenemos más en cuenta diferentes propiedades, distinguimos más cosas, medimos mejor las capacidades, probamos (¿Qué pasa si echamos hielos al agua templada?) y, sobre todo, ¡disfrutamos!
Para rematar la mañana, desayunamos todos juntos en el patio.
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